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Las madres no deberían de escoger entre sus trabajos y la salud de sus familias. Pero frecuentemente, compañías obligan a las mujeres tomar esta decisión. Lo sé porque me pasó a mí.

 

Estuve embarazada con mi segundo hijo cuando trabajaba para un centro de llamadas de T-Mobile en Nashville, Tennessee. Fue un embarazo muy difícil. Tuve que tomar medicamentos para evitar un embarazo prematuro. Tenía que ir al médico dos veces por semana, ver a ambos un obstétrico regular y un obstétrico de alto riesgo. Tenía que tomar mucho agua e ir al baño frecuentemente, lo cual es algo que las mujeres embarazadas hacen de todo modo.

 

Pero mi compañía me advirtió que usar el baño con mucha frecuencia me podría poner en lo que la industria del centro de llamadas llama, “obediencia” – una medida que analiza cuales empleados se adhieren al horario de trabajo. Estar en el teléfono era mi trabajo, así que si no estaba, me arriesgaba a ser amonestada y posiblemente despedida. Basicamente la medida era, “puedes ir, pero entiende que si no estás bajo el promedio de la medida de análisis al final del dia, de la semana, y del mes, tendremos la oportunidad de remplazarte.” No me dijeron que no podía usar el bano. Pero la realidad era que esta es la medida en como tu trabajo es analizado, y si no estas a un nivel de pasarla, entonces no tienes trabajo.

 

Por ende, dejé de comer y beber. No podía perder mi empleo o mi seguro médico durante un embarazo de alto riesgo como el mío.

 

Fue una locura.

 

Mi supervisor me dijo que si tenía una necesidad médica de usar el baño, debería hacerlo y llevar una nota del doctor. Y mi doctor pensó que estaba loca. Me dijo, “Creo que una persona yendo al baño no significa el colapso del centro de llamadas al cliente de T-Mobile.” Sin embargo, la administración concluyó que si no atendía el teléfono, significaba que un cliente iba a tener que estar en espera.  Eso significa tiempos de espera muy largos para arreglar los problemas de los clientes. O si no estaba en el teléfono, no iba a estar vendiendo. Y todo eso no tiene excusa.

 

Después de una larga consulta con mi trabajo, obtuve una nota del médico, y por ende pude ir al baño cada vez que necesitaba hacerlo. Pero T-Mobile no iba pagarme por ir al baño. Por ende, cada vez que tenía que ir, tenía que marcar que no estaba trabajando y salir del sistema. Luego tenía que escribirlo y dárselo a la oficina de planeación, para asegurarles que no me había ido por un periodo muy largo. Me sentí sumamente controlada.

 

Al mismo tiempo, estaba bajo mucha presión para seguir vendiendo. Yo corría, embarazada, entre mi escritorio y el baño para asegurarme que cada segundo valiera en mi trabajo. Todo lo que hacía era revisado cuidadosamente por la compañía. Me sentí como un niño pequeño. Alguien estaba siempre observándome y monitoreando mi trabajo.

 

Estaba constantemente chequeando que mi supervisor pusiera la información de mis minutos en el baño de manera correcta para que no afectara mi pago. A veces el supervisor se olvidaba y mis medidas de cálculo eran afectadas. Tenía que estar vigilando constantemente todo. Me molestaba esta situación. ¡Tenía que pasar por todo este proceso simplemente para ir al baño!

 

Estaba usando intermitentemente el FMLA, o permiso de ausencia por familia, y mi tiempo de vacaciones para ir al baño e ir a las citas médicas.

 

Por fin, uno de mis doctores me dijo que me iba poner completamente en el FMLA. Era demasiado. No estaba comiendo, bebiendo y usando el baño como debería. Me estaba enfermando. Mi presión arterial estaba sumamente elevada. Estaba muy estresada por la posibilidad de perder mi empleo y mi seguro médico.  Estaba estresada por no tener tiempo de cuidarme a mi misma ni a mi bebé. Y el estrés solo iba a poner mi embarazo en mayor riesgo.

 

Estuve en el FMLA siete semanas antes del nacimiento de mi hijo. Sentí que era mi única opción. Era mi trabajo o mi familia. Cuando dejé de trabajar, nos preocupamos por nuestras finanzas y como íbamos a pagar por las deudas de la familia. Pero tuve que hacer lo que era mejor para mí y mi bebé. 

 

Ahora tengo un hijo muy saludable. Les quería contar mi historia porque es por esto que el pago de los días de enfermedad y médico son tan importantes. Nadie debe de pasar por lo que yo viví.

 


Las opiniones expresadas en estos blogs no son necesariamente representativas de las posturas en las políticas de MamásConPoder ni en campañas activas.